Santa Rosa hoy transita por un camino de paz, orden y transparencia. Desde la actual gestión municipal, conducida por Francisco Torroba, se ha apostado fuerte y decididamente al ordenamiento de aquello que estaba en terapia intensiva, la comuna. Se ha comenzado a recorrer una senda de austeridad, responsabilidad y seriedad; dicha senda parecía haber sido poco transitada, o al menos fuera de uso en la historia reciente de santa rosa. Pero para ver el camino que estamos recorriendo hoy merece una concienzuda reflexión y análisis cual fue el punto de partida, desde donde y cuando comenzamos a hacer huella.
En el 2008 los vecinos de la ciudad nos entregaron un mandato claro y sencillo: “Reconstruir la comuna”. Nos confiaron el cuidado de una municipalidad abatida por décadas de desprecio, irresponsabilidad y manejos espurios; desde el día uno de nuestra gestión, y a sabiendas que se nos pedía hacernos cargo del gobierno comunal en su peor momento histórico, no esquivamos la responsabilidad que nos cabe como vecinos comprometidos con nuestra ciudad.
Aceptamos conducir y gestionar la herencia del modelo de administración justicialista, una herencia compuesta por juicios contra la municipalidad millonarios ($ 7.000.000 uno de ellos), una planta de empleados agigantada y sin los recursos mínimos para sostenerla, edificios comunales en ruinas con situaciones de hacinamiento, un parque automotor desmantelado, obras públicas abandonadas o en ruinas y por si faltase algún elemento para agregarle dramatismo a la precaria situación también heredamos las arcas comunales dilapidadas.
Sin embargo estábamos y continuamos estamos preparados para este desafío, ya que es menester y causa principal por la cuales fuimos electos por nuestros vecinos, es desde esta macabra herencia desde donde comenzamos a dar pasos firmes hacia el orden y la prosperidad. Pero para lo que sin dudas no habíamos sido preparados es para la arrogancia, el cinismo e irresponsabilidad de algunos actores políticos de la ciudad casualmente enrolados dentro de los límites ideológicos partidarios de quienes nos heredaron tan nefasta situación. Nos acusan de lerdos, de no dar respuestas rápidas, qué curioso. Sin dudas su reclamo es lógico y consecuente con su modo de ver la función pública, consecuente con su “escuela” fundada en pilares como irresponsabilidad institucional, desprecio por lo público y menosprecio por el vecino, único dueño de la ciudad. Bajo ningún aspecto transitaremos un metro de camino cobijados bajo su “escuela de gestión”, los resultados de su apuro están a la vista, estamos en el convencimiento que para recuperar un municipio convaleciente por 26 años de embates se necesitan mucho más que los tres años que nos han confiado, pero al volver la vista atrás no nos cabe la menor duda de que heredaremos a nuestros sucesores una municipalidad mejor, saneada y fuerte de lo que la recibimos, a pesar de la asfixia económica a la que es sometida la municipalidad, a pesar de las trabas que se interponen a la gestión pergeñadas desde un partido político y ejecutadas desde algunas orbitas sindicales, a pesar de todo ello perseveraremos y entregaremos una municipalidad digna a los santarroseños.